Qué hubiera sido de nosotros sin la ficción, Sabina, la ficción que existe desde siempre y siempre nos ha salvado. Estás lejos ya, pero siempre recuerdo nuestras aventuras, nuestros paseos, nuestro sexo, nuestra realidad: sólo podíamos disfrutarla en la medida que la vivíamos como ficción. Yo te sacaba fotografías y vos posabas, Sabina, tan linda, te encantaba posar y jugar a que eras una persona diferente, mil personas diferentes.
Ahora que ya no estás sólo me queda la realidad. Pero esa realidad ruin, el horror, la realidad monótona de todos los días, sin nadie a quien tomarle fotografías. Te extraño, Sabina, aunque en realidad no estoy seguro de si te extraño a vos, a los pequeños y tan hermosos momentos de ficción que vivíamos juntxs.