miércoles, 8 de diciembre de 2010

pocas palabras y puntos ..

me gusta escribir. cuando era chica escribía mis diarios, siempre, y cuando terminaba uno lo guardaba y comenzaba otro. entonces contaba quién era el chico que me gustaba en la escuela, quién era mi súper archienemiga en el grado (claro que ella no lo sabía), y cosas así. la costumbre de escribir diarios, que luego fueron cuadernos, nunca la perdí, y así es que tengo documentada casi toda mi vida. solamente tiré una vez un diario, porque me daba vergüenza lo que pudiera pensar, ya siendo grande, de mis pensamientos de ese momento. claro que nunca lo olvidé, con el tiempo aprendí que una vez que escribía algo, ya nunca podría olvidarlo. 
escribía diarios, cuentos, y cartas. aprendí a usar la máquina de escribir, y mientras Padre, Madre y Tía trabajaban, yo escribía. le escribía largas cartas a Prima, aunque vivía en la misma ciudad que yo y la veía cada dos por tres, sobre todo en los veranos, en el patio de casa. escribía cuentos que nunca terminaba, largos cuentos sobre chicas y chicos que descubrían casas encantadas, delincuentes, o cosas así. hace poco los encontré, no estaban tan mal.
intenté escribir poemas, pero no pude. los cuentos poco a poco los fui abandonando. las cartas a lo último. pues descubrí también que no escribía para nadie más que para mí. siempre quise poder escribir bonito, escribir algún cuento que atrapara a alguien, algún poema que le llegara a otro alguien, pero no. solamente puedo escribir para mí, solamente para mí... escribir todo y guardarlo, escribir y guardar, escribir escribir escribir. es como si fuera esclava de la lapicera, pues siempre es mejor con lapicera.