domingo, 16 de diciembre de 2012

cuando la gente que hace mucho tiempo que no veo me pregunta, ¿qué andás haciendo ahora de tu vida?, me dan ganas de contar que además de trabajar y hacer repetitivos y absurdos comentarios sobre los ya nombrados talles y colores de ropa, salgo a pasear, y andar en bici, patinar a la noche y ver el mar... leer siempre novelas e ir al cine los domingos, cocinar mientras escucho la radio y tomar mate al mediodía, querer siempre viajar pero saber que viene, salgo a tomar birrita y a bailar de vez en cuando... no sé, aunque siempre es más fácil responder "y... no mucho". porque no estoy segura de si a esa pregunta le corresponden los pormenores como el mate o las novelas en los libros, que para mí ya son un montón (un montón de vida).

martes, 30 de octubre de 2012

.:.:.:.:.:

¿por qué ese sufrimiento absurdo
al sentirme rechazada por J?
será acaso la sociedad que enseña
que uno es feliz si tiene compañía
o será natural
dos cuerpos que se rozan
posesión ficticia, momentánea
en el sexo
acariciáme el pelo, 
tocá mi piel, 
agarrame fuerte, acá, de la cintura.
La respiración acelerada
sentir sólo un momento, creer
no me dejes ir.
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de noche recordé a P.P.
salí a patinar y me sentí nuevamente
en marzo
fin del verano
ver la noche y el mar...
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descubrimiento: no me gustan los espacios en blanco.
quiero espacios llenos de todo
y colores en el hogar, siempre
aunque vista de negro.
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Quiero estar con J porque me hace bien
y porque se llama J
y porque sentía que mi vida estaba bien
que completaba el rompecabezas, que cerraba el círculo
si había un tal J
con el cual poder estar
una vez a la semana
quizás incluso una jornada completa
noche y día
su hubiera otra ruptura - no sé si sufriría igual -
si faltara otra pieza - que no fuera J -

¡quiero salir al sol!
Me aburro acá. 
El tiempo es tiempo muerto (al trabajar).
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el día anterior (viernes)

repentino aburrimiento mortal al darme cuenta de que no le estoy prestando atención a la lectura. la panadera habla del clima, y todos hablan del clima y del calor que hacía más temprano, y de la tormenta que se viene, y que nadie se trajo ni un abrigo. nada más que lo mismo de todos los días (¿por qué J no me llama? tengo ganas de verlo). igual de insignificante que yo comentando sobre talles y colores de ropa en el trabajo, igual de absurdo que yo feliz porque sí andando en bicicleta con calorcito, escuchando mi casi canción preferida con sol, imaginando que sólo soy una parte de una escena en una película, olvidando por un momento, aunque no sin culpa, todo el horror en el mundo, mi insignificancia, mi inmovilidad al respecto. 
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me gustaría
que me regalen
mariposas.
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domingo, 28 de octubre de 2012

sensación con el mundo.


¿por qué me preguntás algo
si no escuchás?
¿no querés saber
la respuesta?
dame tiempo
a contestar
despacio
no intentes adivinar
dejáme respirar
mirame,
contemplame, 
respetame,
observame,
aguardame.

martes, 18 de septiembre de 2012

... Dije que un desconocido se me puso a hablar en un café. He de escribir sobre él ahora. Quiera o no quiera, se lo debo, "nunca nadie escribió sobre mí", me dijo. "¡Eso no podés saberlo!" 
Desde lejos en el café me preguntó si escribía o estudiaba. Escribo. ¿Qué escribís? (¿Por qué la gente me pregunta eso? Déjenme ser, escribir sin ser observada). Tuve la delicadeza de darme vuelta en la silla, me acomodé de manera diferente y, con las piernas más despatarradas imposible, me dirigí hacia su persona. Intercambiamos algunas preguntas sueltas, a lo lejos.

Lo invité a tomar un café (¿por qué?). Muy alegremente me levanté de la mesa y pedí dos cortados en jarrito. Volví a la mesa. Juan*. Sonríe. Lo primero que puedo ver es su mirada triste. 
Parece melancólico, pero en ese instante contento, disfruta el momento. Casi como si estuviera asombrado de que una chica lo haya invitado a tomar café. 35 años. Se presenta a si mismo como asistente social, pero prefiere el término "trabajador social". Trabaja en el sistema penitenciario, le hace entrevistas a los presos en las cárceles. Me cuenta un poco de eso. Nunca conoció a su padre. Su madre vive en Misiones, vive con su abuela a quien llama "mamá" pues fue criado por ella. Al relatar que sabe que a su abuela le queda poco tiempo, vuelve a sonreír con tanta pena, me transmite tanta melancolía, de una forma tan natural que me gustaría abrazarlo y decirle que todo va a estar bien. Pero no puedo, ¿no? No conozco mucho de reglas y protocolos sociales, pero estoy bastante segura de que está mal visto abrazar a un recién conocido después de apenas quince o veinte minutos de charla.

Un hermano preso. Un hermano muerto. Lo mataron. Me siento un poco triste y afligida al haber dicho "mi familia no sé, lo normal". Intento pedirle disculpas. 
La conversación de presentación se vuelve tan intima, y a la vez no cruzamos la linea en ningún momento. Yo me siento joven, hermosa, con ganas de hablar y hablar, despreocupada. Es sólo una faceta de mi persona, ¿qué es lo que me hace sentir así?

La palabra va y viene, yo también le cuento qué es lo que hago de mi vida. Es tan extraño. Presentarse. Me llamo Lucía, tengo 22 años, vine a Tandil huyendo de la vida porque estaba cansada. Me dice que soy una "bohemia", que a él le gustaría hacer algo así pero no puede, que se encuentra atado, tiene seres de quienes cuidar. Y yo, que predico la libertad, la falta de ataduras, del tipo que sean, me encuentro respondiendo "está bueno tener alguien a quien cuidar, alguien de quien ocuparse". Pienso que, a mí, nadie me espera en el mar. Entonces me parece que él está tan sólo como yo, que su "mamá" va a irse y él no va a tener quién le enseñe a cocinar. 

Le cuento de mi problema para levantarme por las mañanas. Hace una mueca extraña de preocupación cuando le explico que me cuesta recordar por qué es que valía la pena estar viva. Me río despreocupadamente una vez más y le digo que no se preocupe, tampoco es que estoy deprimida o algo así.  Enumeración de las cosas que nos gustan (le digo que me gusta andar en bici, leer novelas, escuchar música, mirar películas, ir al cine los domingos, viajar, fumar, tomar birrita, cocinar y limpiar los pisos... encuentro bastantes ítems, casi como si tuviera una lista preparada que llevara conmigo a todas partes, en caso de necesitar recordarlo). 

Tenemos el tiempo contado. El café cierra a las dos de la mañana. Voy al baño, vuelvo. Le pregunto si le puedo sacar una foto. Vuelve a ponerse contento, o al menos eso parece, "no tengo fotos, las perdí todas". Tiene un perro llamado Freud (pienso que eso es un poco espeluznante). Hablamos de libros también, me recomienda algunos (¿será él "uno de los míos"? de esa gente que me canso de buscar pero nunca encuentro, en los colectivos, las verdulerías y los rincones). 
Le cuento que tengo fotos y diarios desde pequeña. (Toda mi vida documentada por mí misma, ¿para qué?) Me dice que le gustaría escribir. Lo animo a que lo haga. Sólo tiene que sentarse y hacerlo. Elegir un lápiz o lapicera con el que se sienta cómodo.

Nos vamos del café a las dos de la mañana en punto, por respeto a los empleados. No me animo a continuar la noche a su lado, ni a invitarlo una birra, ni nada. Aunque sí tengo ganas (¿tengo?) Ya es tarde (¿qué hubiera pasado?). Cae el telón, se termina uno de esos momentos preferidos en mi vida, momentos que fueron perfectamente reales pero siempre los recordaré como escenas de películas. Con triste música de fondo. 

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*Juan no sé cuanto Francisco o Guillermo no sé cuánto. Elijo llamarlo "Juan". 

lunes, 10 de septiembre de 2012

yo sólo puedo ofrecer
palabras
una carta escrita con manos
fotos en papel
té caliente
puedo cocinar una torta
dormir pocas horas
llevarte a ver el mar

no hay mucho más que pueda dar

jueves, 14 de junio de 2012

conversaciones 2.


El otro día fui a visitar a amigo Marcos. Mientras tomábamos mate, en algún momento le pregunté si X persona le caía bien.
- No me cae bien, pero no me desagrada. - Me dijo.
- ¿No es lo mismo? ¿Que alguien te desagrade y que alguien te caiga mal, no es lo mismo? - Le pregunté.
Se quedó pensando un momento.
- No. - Me dijo – Puede caerme mal alguna persona que admiro mucho. De hecho, pasa. No puedo admirar a alguien que me desagrade.
Me pareció una buena respuesta, una buena diferenciación en los términos. 

idea sin concretarse, hará una semana atrás.


Hace poco leí una novela corta de Sartre, El engranaje. En una parte, Jean le dice a Lucien algo más o menos así: “Eres constitucionalmente un burgués. Tu padre nunca le ha pegado a tu madre, nunca te han echado sin previo aviso de una fábrica, dejándote sin poder alimentar a tu esposa e hijos, sólo porque necesitaban 'limpiar personal'. Eres anti-violencia porque nunca conociste la violencia. Pero la revolución se hace con violencia.”
Cuando Jean le pregunta a Lucien cómo haría para crear consciencia revolucionaria, éste le responde: “con cultura, con diarios, libros, obras de teatro...”. Me sentí, constitucionalmente, una burguesa.  

conversaciones 1


Recién le pregunté a Padre cuándo comenzó a acostumbrarse al sistema (Padre esconde en su pasado un joven militante de izquierda. Hoy es oficialista K). Extrañado y sonriendo burlonamente, me respondió que suponía que había sido cuando empezó a tener propiedades. ¿Qué es una propiedad? ¿Una casa, un auto? Y si, me dijo. Una casa, un auto, artefactos, libros...
Me llamó la atención que los artefactos y los libros estuvieran en la misma categoría que las casas y los autos.

miércoles, 9 de mayo de 2012

de la necesidad de haber leído un libro de Simone de Beauvoir en el pasado, pero sólo en el pasado porque ya perdí el tren, y ahora no sé que es lo mejor para mí, si leer un libro de Simone de Beauvoir o qué carajo.

domingo, 15 de abril de 2012

.

Mi abuela siempre me decía "vamos a tomar mates para ahogar las penas". Después de que se murió, me enteré que su padre no era su padre, y mi madre que su abuelo no era su abuelo, y así, y que teníamos un porcentaje de descendencia turca. Ah. También me preguntaba, a veces: ¿Estás triste? ¿Estás triste porque el amor no existe?

y cómo hacer para no desnudar
mi alma en el papel hoy
Sabés, aunque ese Lorenzo
nunca haya existido y de sus nombres sólo permanezcan

las iniciales


*

martes, 10 de abril de 2012

_

Esta noche tomaré un té verde, y después otro té verde, y después otro y así. Un miércoles pasado me resultó tan simple, tan familiar ir a visitarte a tu casa a la salida del trabajo, tomar mate, yo fumando en el balcón, dormir pocas horas pero estar contenta. Sin embargo ahora tengo como esa sensación de que en realidad sólo me queda el té verde, las mismas personas y los mismos lugares que ya te conocen y que ya los conocés y esperan algo de vos y esperás algo de todo. Sólo me queda el té verde y es por eso que acabo de decidir - volver a - alejarme - del mar.

domingo, 8 de abril de 2012

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(Si queda sola, se siente sola, si acompañada está, busca la libertad.)

viernes, 23 de marzo de 2012

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Hoy me acordé de su cara.
El bañado, esperándome en una esquina
a la medianoche, 
sonrisa.
- Tenía ganas de llegar yo primero. - Le dije.
- ¿Querías que llegara tarde?
- No, no. Sólo tenía ganas de llegar yo primero.

sábado, 17 de marzo de 2012

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yo ando en la vida con delay, le dije hoy mientras me servía la birra y me preguntaba: "¿cómo? ¿todavía no fueron a tomar café?".

miércoles, 7 de marzo de 2012

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quisiera escribir mis impresiones de hoy - que terminó a las cinco de la mañana con un té de coca y sin querer dormir - quizás mañana - relate mejor - hoy tomé café con un francés - en la peatonal - hoy tomé birra con Abril - fue genial - le quiero regalar - La casa de las bellas durmientes - y quiero conseguir - Las relaciones peligrosas - me dijo algo del exceso - y de la gente que queremos - o no queremos - me habló de las etapas - comentamos las virtudes de * - me dijo de Marcos - me dijo algo de la costumbre - me dijo que ahora podía darme cuenta de que era capaz - de decirle "hola" a un extraño - en una terminal - y tomar café - yo tengo esa sensación extraña desde hace unos días - sensación de que puedo sobrevivir sin nadie - sobrevivir conmigo -

estoy tan cansada - cociné una tarta a las tres de la mañana - tengo ganas de aprender a cocinar - otras cosas - Pablo me mandó un mensaje - y aunque quiero volver a irme - no está tan mal - estar en el mar.