sábado, 29 de enero de 2011

tantos mundos

Laura tiene un recuerdo en una pequeña cajita de cristal.
Juan en realidad no se llamaba Juan, pero en ciertas ocasiones sí, era Juan.
Paula una vez se sentó en una calle desierta a las dos de la tarde a fumar un cigarrillo y leer Adan BuenosAyres.
Federico quiere hablar, pero tiene miedo.
Carlos, en cambio, habla demasiado. Pero no dice cosas muy brillantes.
Esteban no sabe escuchar. Fernanda sí sabe. Celeste fantasea con irse a vivir a un pueblo. Carla odia los pueblos, por eso se vino a la ciudad.

fin.no.fin.

5 comentarios:

paula dijo...

me encanta cómo escribís. porque sos vos, genial, escribiendo. deberías escribir más, o publicar más.
y yo debería darte más abrazos.

vientos de cambio dijo...

Juan era Juan cuando alcanzaba la simpleza del nombre.
sos de mar del plata. inevitablemente somos primos de alguna forma, porque el amigo del amigo del amigo...
un abrazo
s.-

Anónimo dijo...

Bellisimo... el espejo de la vida en su laberinto. Me gusta la simpleza con la que unís los pequeños mundos

don juan botones dijo...

Ese Juan soy yo? O es el mí de a veces? Es fantástico todo esto. Algún nos juntaremos a escribir y explotaremos universos. Un beso, Lu.

Palabra clave: scove.

Laberinto dijo...

me caen bien Laura, Paula y Celeste.