lunes, 15 de agosto de 2011

abbbddd

Si tuvieras que explicarlo, fue la larga espera la que no te dejó dormir. Dormiste, bueno, sí, unos minutos o dos. Fue la larga espera, tanto tiempo sin saber qué. Yo se que imaginaste mucho, se que me imaginaste a mí. Vení, tomemos un te. Contame. Te cuento. No pude dormir porque tenía tanto frío, sabés, esta noche hace un frío acá que te llega hasta los huesos, no se cómo los demás no lo sienten. Yo no puedo dejar de temblar. Claro, por eso vamos a tomar un té. Por el frío. ¿O voy a tomar un té yo sólo? Quizás estoy tomando el té yo sólo, y no me doy cuenta. El agua todavía está fría.
En realidad vos estás durmiendo, sabés. Dormís y no quiero hacer ruido para despertarte, pero es que el frío, hace tanto frío...

Mientras tanto leyó: "No, basta ya de nombrar a Lucien; basta ya de repetir su nombre hasta la náusea. Tu no pareces darte cuenta de que hay recuerdos para mí insoportables; de que todas las fibras se rebelan si esas cosas son dichas (...) ¿Pero porqué nombraste a Lucien? ¿Era necesario que dijeras: Lucien?"

1 comentario:

Anónimo dijo...

El delirio de recordar

Muy Bueno!!